miércoles, 21 de diciembre de 2011

Ya van 21

No hay día en el que no me acuerde de ti y es que siempre, estas ahí. Cierro los ojos y me veo jugando entre tus manos ¡me parecían enormes! Eras, eres grande físicamente y como persona, la verdad es que eso de la estatura no lo saqué de ti... No creo que sea pasión de nieta, quienes me hablan de ti lo hacen genial, y que alguien se atreva a hacer lo contrario… saco a pasear mi carácter Sauquillo y que tiemble.

Hace veintiún años que nos dejaste, te fuiste y no entendía por qué, ahora tampoco consigo entenderlo, no entiendo por qué solamente pude disfrutar de ti cinco años; el cáncer, el maldito cáncer, tuvo que privarnos de disfrutar el uno del otro. No recuerdo muy bien aquel día, pero de lo que si me acuerdo es de que aquellas navidades fueron muy tristes, creo que fue a partir de entonces cuando empezaron a no gustarme, siempre esta ese hueco vacío en la mesa, pero parece que en estas fechas es más grande.

Sé que cada vez que voy a verte te digo que te echamos de menos, que te queremos mucho y que sabemos que estas con nosotras aunque realmente no ni sé dónde estás, ni si nos ves o no, aquí sigues vivo, tu recuerdo sigue vivo. Puede parecer que estoy loca, pero te siento a mi lado siempre. Incluso en los momentos en los que más sola me he encontrado se que no ha sido así, que estabas ahí, como siempre. No estoy hablando, con lo que me gusta, y tengo un nudo enorme en la garganta.

Muchas veces pienso en cómo hubiera sido mi vida si hubieras estado aquí, no digo que hubiese sido ni mejor ni peor, simplemente creo que hubiera sido distinta. Un imbécil se perdió el verme crecer, dudo que hubiera estado a la altura de cuidar a una princesa como yo. Mientras tú que tenías la ilusión de verme hacer la comunión, no pudiste. La vida es así.

A menudo me planteo a qué te hubiera gustado que me dedicara, supongo que para ti hubiera sido un orgullo que fuera militar, pero ya sabes el carácter tan especial que tengo, ese pronto tan horrible que como dice la abuela; por evitarlo es casi mejor invitarme a comer, me hubiera hecho pasar mucho tiempo arrestada. No tengo vocación militar, pero sabes que los admiro por ti, por lo poco que me pudiste contar, por todo lo que me han contado y por cuando veo tus fotos con tu abrigo de doble botonadura, o con cara de estar achicharrado bajo el sol del Sáhara.

Me encantaría que me hubieras escuchado hablar por la radio, o me hubieras visto en la tele y que me dijeras qué te parecía. Espero que estés orgulloso de ello, tanto como yo lo estoy cada vez que le digo a alguien que estoy encantada de formar parte de la familia ruedoartística o cuando comento que estudio políticas, aunque a veces me entren ganas de tirar los libros por la ventana, tu y yo sabemos que lo voy a conseguir, y eso será en gran medida gracias a ti. Eres la parte que me falta, la que me equilibra y la que de vez en cuando me da una patada en el culo para que no me duerma en los laureles y adelante la pierna como los buenos toreros, los que te gustaban a ti.

Este año no ha sido fácil, pero las cosas ocurren y hay que sobreponerse, no queda otra que ser fuerte y mirar al frente. Muchas han sido las caídas pero otras tantas han sido las veces que ha tocado levantarse. Pero ya sabes, o te comes la vida a mordiscos, o la vida te come a ti, tengo buen saque y además te tengo a ti.

Es posible que quien lea esto no entienda a qué viene, pero quiero escribirte y decirte que te quiero, aunque lo sepamos tu y yo y eso sea más que suficiente, tengo la tremenda necesidad de que se enteren todos quienes me conocen de que Isabel es Isabel porque es parte de ti, de Matías.

No tuve tiempo de aprender mucho de ti, era muy pequeña. Pero en casa dicen que mi vena chapuzas es cosa tuya. Eras mucho mejor que yo, y creo que nunca podré alcanzarte, ¡dejaste el listón muy alto! pero lo intentaré. Me enseñaste que las cosas se consiguen a base de esfuerzo, tiempo y paciencia, creo que la mía no es tan infinita como la tuya, pero siempre que veo que la pierdo cierro los ojos, pienso en tí y a empezar de nuevo

Te quiero mucho abuelo y me llena de orgullo cada vez que alguien dice que me parezco a ti. No puedo escribir mucho más, las lágrimas empiezan a brotar en mis ojos y pretenden fastidiarme el rímel, ¿tú te crees? Eso con lo presumida que he sido siempre no puede ser, así que ahora toca cerrar los ojos y recordarte, recordar tu olor a Old Spice…

Una vez más te digo que te quiero, que te echo mucho en falta y donde quiera que estés te mando un beso enorme.

Tu nieta,

Isabel

P.D.¿te acuerdas de esta foto?


3 comentarios:

  1. Sin palabras, Isabel. No te quepa la menor duda que estaría orgulloso de su nieta.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Hola Isabel:Muy bonita y tierna la carta a papa,a el le gustaria ver la nieta que tiene.Muchos besos.Isa

    ResponderEliminar