martes, 21 de diciembre de 2010

Otro año más sin ti


Hoy hace veinte años que te fuiste, a veces decimos que veinte años no son nada, pero en este caso sí lo son. Veinte años sin tu presencia, sin tus consejos, sin tu cariño, sin ti. Era ley de vida lo sé, pero el maldito cáncer sólo me dejó disfrutar de ti cinco años.


Un lustro a tu lado, jugando con tus enormes manos, metiendo las mías en el bolsillo de tu bata para cogerte los Triskis que me quitabas jugando. Cinco años en los que intentaste enseñarme a ser paciente; me sentabas junto a ti en la mesa camilla y pintábamos figuras de escayola; a pesar de tu empeño la paciencia no era mi fuerte, en seguida me aburría y pintaba la figura de un solo color para así terminar antes.


Es normal que a veces tenga vagos recuerdos de nuestro tiempo juntos, era muy pequeña, pero otras cosas las recuerdo como si hubieran ocurrido ayer mismo. Es imposible olvidarme del empeño que tenía en aprender a escribir para enviarte dibujos dedicados al hospital, deseando que te recuperaras pronto; ¡qué ingenua! No sé cuánto tiempo pasé creyendo que lo que tenías era un resfriado e insistiendo para que mi madre te comprara pañuelos.


A veces cierro los ojos y escucho tu voz contándome el cuento de los perritos que tanto me gustaba o tus viajes al Sáhara. Otras, los cierro y veo las tardes que nos sentábamos juntos y me enseñabas las fotos de tus viajes, o tus medallas, las cuales yo quería ponerme de pendientes o pegármelas al jersey.


Te admiraba, te admiro y te admiraré siempre, porque la gente muere cuando nadie la recuerda, y eso a ti no te pasa, abuelo; cada día estas más vivo, porque tu recuerdo está y estará siempre entre nosotras. No sé qué ocurre cuando uno deja este mundo, no tengo ni idea de si hay algo o no, pero me reconforta pensar que estas a mi lado, que me ayudas a mantener el equilibrio cada vez que tropiezo y a levantarme en todas y cada una de mis caídas.


Nunca seré capaz de explicar el orgullo que siento al decir que soy tu nieta, llevo años intentando ser como tú, pero nunca lo conseguiré, eres, has sido y serás único.


Un beso.


Tu nieta que quiere.

*En la foto estamos mi abuelo y yo.

5 comentarios:

  1. Estimada Isabel: Si Dios quiere cuando esté finalizando la próxima primavera seré abuelo por primera vez, la ilusión que tengo te la puedes imaginar, ese para mi es el verdadero premio gordo que ya me toco cuando me confirmaron la noticia (aunque si hoy cayera algo, no vendría mal) y se adelantaría ese dicho popular que dicen "que los niños siempre vienen con un pan debajo del brazo".
    Lo que si te digo Isabel, que el tiempo que Dios me tenga reservado de poder disfrutar de este ángel, lo haré al máximo, y el día en que por ley natural partiré de este mundo si me gustaría que me recordara como tu lo haces con tu abuelo.

    Isabel, te confieso con toda sinceridad que tu comentario me ha emocionado y alguna lágrima se a resbalado por mi mejilla, ha sido un comentario tan lleno de recuerdos y expuestos de una forma tan maravillosa, que yo pienso que al margen de tus virtudes cultas, es el fruto de tu enorme sensibilidad, y que tu abuelo donde quiera que esté lo habrá recibido orgullosísimo y emocionado de que su nieta Isabel, aquel torbellino inquieto, alegre y lleno de sonrisa, le recuerde después de veinte años con el cariño que lo hace.

    Te felicito de todo corazón y te deseo que junto con los tuyos pases unas felices fiestas y que las vivas en autentica Navidad.

    Cordiales saludos de Pedro Solís

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  2. Enhorabuena por ese nieto que esta en camino y gracias por tu comentario.
    Felices Fiestas

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  3. isabel recerda que no es mas grande quien mas abulta si no quien mas vacio deja cuando se va
    feliz navidad para toda tu familia

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