Una semana… eso es lo que falta para que vuelvas a vestirte de luces, para que estrenes tu nuevo terno y para que vuelvas a sentir el calor de la plaza que presenció tu alternativa hace casi un año.
Falta una semana y ya afloran los nervios, los miedos, la impaciencia; esta mañana tenías otra voz, la de torear; un tono serio, pero cercano, reposado y nervioso a la vez, y siempre ilusionado, lleno de ganas de hacer aquello que más te gusta, eso para lo que vives; torear.
Una semana para dar rienda suelta a los sueños de este duro invierno, a tu arte, a tus sentimientos, a las ganas de ser alguien en esto que habitan en ti y que cada vez son más fuertes.
Sólo siete días, para que seas tú, el torero, para que nos hagas pasar mal rato a todos los que te queremos y para que a la vez nos hagas disfrutar, parece contradictorio pero es posible. Atrás queda un largo invierno que para ti, injustamente, ha durado hasta septiembre. Parece que quedan lejos nuestras charlas de todo y de nada; del frío, del sastre, de tonterías, de nuestras cosas, de JI, de R, de colores, de toros.
Ya no queda nada, en una semana estarás solo vestido de nuevo y oro en el patio de caballos de tu plaza, de Albacete, solo y con tus sueños, también con los míos, por qué no decirlo, y con los de otros muchos que te siguen y creen en ti.
Solamente una semana, Sergio, sólo una. Lo único que pido es que embista la de Los Bayones, lo que corre por tu cuenta se que está asegurado. Ojalá, dentro de una semana, el nerviosismo y la voz de torear, se conviertan en alegría. Ojalá que dentro de siete días, tenga que postear desde mi Iphone tu triunfo. Ojalá dentro de una semana, salga de la plaza de toros llorando de alegría, ojalá.
En una semana nos vemos, allí estaremos JI y yo.
¡Suerte amigo, suerte torero, suerte Sergio!
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