lunes, 9 de agosto de 2010

Siesta


Acabo de despertarme de una placentera siesta en el sofá. Hacía muchísimo que no practicaba tan buena costumbre, pero hoy, con medio verano consumido he sucumbido a la extraña fuerza de atracción que tiene mi sofá. Me he tumbado diciendo, bueno diez minutos y listo, pero el sofá ha tenido el poder suficiente como para convertir esos diez minutos en una hora y pico.

Me ha encantado reencontrarme con Morfeo después de comer, creo que una siestecita es algo tan saludable, que debería contemplarse la práctica de la misma en la Constitución o ser recetada por el médico de cabecera. Es más, recuerdo mi época de estudiante de primaria en la que pasaba con cierto recelo por el lugar que tenian habilitado para que los más pequeños del cole durmieran después de comer.

Esta tarde he redescubierto la siesta y desde hoy pasa a formar parte del top ten de mis "deportes" favoritos.

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