viernes, 10 de diciembre de 2010

Niño castor




No me gusta especialmente la Navidad, me resulta una época triste y en determinadas ocasiones llena de hipocresía. Sin embargo, este anuncio me parece súper tierno, y tiene su gracia.

¿A quién no le ha tocado representar algún papel en el Belén del cole? Recuerdo con mucho cariño el disfraz de angelito que me hizo una vez mi madre, como lo de coser nunca ha sido lo suyo decidió graparme la túnica y me anudó un trozo de espumillón en la cabeza. Para mi madre era el angelito más mono de todo el Belén, pero la verdad es que iba hecha un cuadro. De todas formas: ¡gracias mamá!

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