Ayer Juan Mora salió a hombros de la plaza de toros de Las Ventas. Cortó dos orejas a su primer toro y una al segundo de su lote.
Cuando he visto la faena no me explicaba las dos orejas, no me parecía una faena especialmente rotunda como para obtener tal premio, pero cuando han llegado los naturales ya he entendido el por qué de las mismas. Una dosis de toreo bueno y de verdad con la mano izquierda hace que se rinda incluso el público más exigente.
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